martes, 25 de octubre de 2016

LA GRAN VERDAD: ¿DE QUIEN ES LA “CULPA”? – Monologo de Tato Bores

-¡La culpa de todo la tiene el Ministro de Economía – dijo uno.
-¡No señor! – dijo el ministro de Economía mientras buscaba un mango debajo del zócalo – La culpa de todo la tienen los evasores.
-¡Mentiras! – dijeron los evasores mientras cobraban el 50 por ciento en negro y el otro 50 por ciento también  negro – La culpa de todo la tienen los que nos quieren matar con tanto impuesto.
-¡Falso! – dijeron los de la DGI mientras preparaban un nuevo impuesto al estornudo – La culpa  de todo la tienen la patria contratista; ellos se llevaron toda la guita.
-¡Pero, por favor…! – dijo un empresario de la patria contratista mientras cobraba peaje a la entrada de las escuelas públicas- La culpa de todo la tienen los de la patria financiera.
-¡Calumnias!- dijo un banquero mientras depositaba a su madre a siete días- La culpa de todo la tienen los corruptos no tienen moral.
-¡Se equivoca! – dijo un  corrupto mientras vendía a cien dólares un libro que se llamaba “Haga su propio curro” pero que realidad, sólo contenía páginas en blanco – La culpa de todo la tiene la burocracia que hace aumentar el gasto público.
-¡No es cierto!- dijo un empleado público mientras con una mano se rascaba el pupo y con la otra el trasero – La culpa de todo la tienen los políticos  que prometen  una cosa para nosotros y hacen otra para ellos.
- ¡Eso es pura maldad! Dijo un diputado mientras preguntaba dónde quedaba el edificio del Congreso – La culpa de todo la tienen los dueños de la tierra  que no nos dejaron nada.
-¡Patrañas! – dijo un terrateniente mientras contaba hectáreas, vacas, ovejas, peones y recordaba antiguos viajes a Francia y añoraba el placer de tirar  manteca al techo – La culpa de todo la tienen los comunistas.
-¡Perversos! – dijeron los del polit-buró local mientras bajaban línea para elaborar el duelo – La culpa de todo la tiene la guerrilla trotskista.
-¡Verso!- dijo un guerrillero mientras armaba un coche – bomba para salvar la humanidad – La culpa de todo la tienen los fascistas.
- ¡Malvados! – dijo un fascistas mientras quemaba una parva de libros juntamente con el librero – La culpa de todo la tienen los judíos.
-¡Racistas! – dijo un sionista mientras miraba torcido a un coreano del Once – La culpa de todo la tienen los curas que siempre se meten  en lo que no les importa.
-¡Blasfemia! – dijo un obispo mientras fabricaba ojos de agujas como para que pasaran diez camellos al trote- La culpa de todo la tienen los científicos que  creen en el Big Bang y no en Dios.
-¡Error! – dijo un científico mientras diseñaba una bomba capaz de matar más gente en menos tiempo con menos ruido y mucho más barata- La culpa de todo la tienen los padres que no educan a sus hijos.
-¡Infamia! – dijo un padre mientras trataba de recordar cuantos hijos tenia exactamente – La culpa de todo la tienen los ladrones que nos dejan vivir.
-¡Me ofenden!- dijo un ladrón mientras arrebataba una cadenita a una jubilada y, de paso, la tiraba debajo del tren – La culpa de todo la tiene los policías que tienen el gatillo fácil y la pizza abundante.
-¡Minga!- dijo un policía mientras primero tiraba y después preguntaba – La culpa de todo la tiene la Justicia que permite que los delincuentes entren por una puerta y salgan por la otra.
-¡Desacato!- dijo un juez mientras cosía pacientemente un expediente de más de quinientas fojas que luego, a la noche, volvería a descoser – La culpa de todo la tienen los militares  que siempre se creyeron los dueños de la verdad y los salvadores de la patria.
-¡Negativo! – dijo un coronel mientras ordenaba a su asistente  que fuera preparando buen tiempo para el fin de semana – La culpa de todo la tienen los jóvenes de pelo largo.
-¡Ustedes están del coco!- dijo un joven mientras pedía explicaciones de por qué para ingresar a la facultad había que saber leer y escribir – La culpa  de todo la tienen los ancianos por dejarnos el país que nos dejaron.
-¡Embusteros!- dijo un señor mayor mientras pregonaba que para volver a las viejas buenas épocas nada mejor que una buena guerra mundial.  – La culpa de todo la tienen los periodistas porque junto con la noticia aprovechan para contrabandear ideas y negocios propios.
-¡Censura! – dijo un periodista mientras con los dedos cruzados, rezaba por la violación y el asesinato nuestro de cada día. – La culpa de todo la tiene el imperialismo.
-¡Thats not true!  (¡Eso no es cierto!) – dijo un imperialista    mientras cargaba en su barco un trozo de territorio con su subsuelo, su espacio aéreo y su gente incluida – The ones to blame are the sepoy, that allowed us to take even the cat (la culpa la tienen los cipayos que nos permitieron llevarnos hasta el gato)-.
-¡Infundios! – dijo un cipayo mientras marcaba en un plano las provincias más rentables!- La culpa de todo la tiene “Magoya”…
-¡Paren la mano!- dije yo mientras me protegía detrás de un buzón.- Yo sé quién tiene la culpa de todo. La culpa de todo la tiene El Otro: ¡El otro siempre tiene la culpa!.
-¡Eso, eso!- exclamaron todos a coro – El señor tiene razón: ¡La culpa de todo la tiene El Otro!.

Dicho lo cual, después de gritar un rato, romper algunas vidrieras y/o pagar alguna solicitada, y/o concurrir a algún programa de opinión en televisión (de acuerdo con cada estilo), nos marchamos a nuestras casas por ser ya la hora de cenar y porque el culpable ya había sido descubierto. Mientras nos íbamos no podíamos dejar de pensar: ¡Que flor de guacho que resultó ser El Otro…!

LA GRAN VERDAD: ¿DE QUIEN ES LA “CULPA”? – Monologo de Tato Bores
MAURICIO BORENSZTEIN (1927 - 1999)

jueves, 13 de octubre de 2016

LOS SISTEMAS DE PARTIDOS

Los partidos políticos no actúan de manera aislada sino que interactúan permanentemente con otros partidos con los que establecen tanto relaciones de competencia como de cooperación. Cuando se habla de un sistema de partidos se hace referencia no solo al conjunto de partidos políticos de un país, sino también a los vínculos que caracterizan las relaciones entre dichas organizaciones, de modo que las modificaciones en uno provocan cambios en los otros.

Siguiendo al politólogo Giovanni Sartori, los sistemas de partidos pueden ser clasificados de acuerdo con la combinación de dos dimensiones: una cuantitativa  (cantidad de partidos) y otra cualitativa (distancia ideológica entre ellos). Teniendo en cuenta la primera dimensión se obtiene la siguiente tipología:

ü  Partido único: en este tipo de sistema existe y se permite un solo partido.

ü Partido hegemónico: se permite la existencia de varios partidos, pero uno solo tiene la capacidad de acceder al poder, debido al límite impuesto tanto por reglas  formales como informales (fraude). De esta manera  se imposibilita la alternancia  en el gobierno, y el resto de los partidos políticos participan legitimando el triunfo  del hegemónico.

ü  Partido predominante: en este caso un partido gana recurrentemente sin apelar a prácticas ilegales. No solo se permite la existencia de otros partidos sino que  estos son legítimos competidores del partido predominante.

ü  Bipartidista: se caracteriza por la alternancia en el poder de dos partidos fuertes  sin la necesidad de recurrir a alianzas o coaliciones, ya que alguno de los dos  tiene la  necesidad de recurrir a alianzas o coaliciones, ya que alguno de los  tiene la capacidad de gobernar por sí mismo.

ü  Pluripartidista: conformado por tres o más partidos relevantes con posibilidad  de acceder al gobierno. Si se trata de tres a cinco, se lo denomina pluripartidismo limitado, y mayor de cinco partidos, extremo.



Por otra parte, de acuerdo con la segunda dimensión (la cualitativa), los partidos pueden ser clasificados en la línea ideológica izquierda – derecha. Cuando el espacio  de competencia tiende hacia el centro porque hay poca distancia ideológica entre los partidos, se lo denomina centrípeto. Al contrario, cuando la ubicación de los partidos tiende a polarizarse en los extremos, se lo conoce como centrífugo.   

LA ADOLESCENCIA EN LA HISTORIA DE NUESTRO PAIS

En estas páginas continuamos con un análisis histórico de la adolescencia, pero centrado en nuestro país, a partir de la consolidación del Estado nacional, bien avanzada la segunda mitad del siglo XIX.

ADOLESCENTES EN UNA SOCIEDAD HETEROGENEA

Durante las últimas décadas del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX se produjeron en nuestro país importantes oleadas migratorias, impulsadas, entre otros factores, por las crisis económicas y las dos guerras mundiales. Corridas por la falta de trabajo y el  hambre, millones de personas llegaban a América soñando un futuro mejor.
Los jóvenes eran muchos y solían venir solos, por lo que sufrían la separación de sus familias y el desarraigo. En este contexto, el adolescente no tenía lugar para crisis, duelos y este tipo de conflictos; eran vistos como trabajadores y estaban obligados a insertarse como tales en el mercado laboral y en la sociedad.
En las siguientes generaciones, ya asentadas en nuestro país, surgió la preocupación  por el progreso económico, el ascenso social y la formación  de los jóvenes.

ENTRE LA GUERRA Y EL PROGRESO SOCIAL                 
                                                 
Una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial  comenzó  a consolidarse la adolescencia, independiente  del mundo  adulto, un grupo social con comportamientos propios  y diferentes del resto. En nuestro país, en consonancia con lo que sucedía en otros países, se vivía  una época de esperanzas en el progreso y el ascenso social. Era también el periodo en el que las mujeres comenzaron a integrarse en los ámbitos  profesional, económico y político.
Pero la adolescencia se vivía de una manera muy distinta de la actual. Las chicas, por ejemplo, llevaban  vestido o faldas, siempre por debajo de la rodilla, y peinados muy producidos. El hombre tenía el poder de decisión y de iniciativa, aun en situaciones  simples. Por ejemplo, cuando iba a bailar, una chica  tenía que esperar a que un varón la invitara a la pista con un cabeceo. Los encuentros eran sumamente formales y había muchas reglas de etiqueta antes  de invitar a salir a una chica, y luego había que formalizar la relación.

PAZ Y AMOR

La década de 1960 fue un tiempo de surgimiento  de diferentes movimientos  y grupos de se rebelaron contra las injusticias del mundo y contra la guerra. Fue una época de gran rebeldía por parte de numerosos jóvenes que canalizaron su disconformidad de diferentes  maneras, además de la protesta callejera. Ubicamos  en este periodo dos hitos importantes: la rebelión de los jóvenes franceses en lo que se conoce como Mayo  del 68, y un multitudinario festival de rock, en Woodstock (EE.UU). La juventud comenzó a ser vista como una fuerza viva, de acción y de cuestionamiento. Se conformó  el movimiento hippie, que se manifestó  contra toda la clase de violencia y, por eso, adoptó el símbolo de la paz. Estos grupos también realizaron experiencias que buscaban la exploración personal y la exteriorización del mundo interior. El consumo de drogas, en especial alucinógenos y marihuana, era parte de estas experiencias. Aparecieron Los Beatles y los Rolling Stones, dos bandas que sellaron la identificación de los jóvenes con el rock n´roll
También fue un momento de fuerte cuestionamiento a las instituciones, como el matrimonio y la familia tradicional. Y en su lugar se promovieron el amor libre y al aceptación de la diversidad. En nuestro país,  muchos jóvenes, en sintonía con estos movimientos, comenzaron a reunirse en asambleas universitarias, a participar en publicaciones que cuestionaban el sistema, por ejemplo. Los varones lucieron el pelo largo, y las chicas, polleras cortas y jeans.

CUANDO SE ASESINARON LOS IDEALES

Para fines de la década de 1960 y principios de la de 1970, la juventud se encontraba altamente movilizada. Sus reclamos y expresiones estaban muy marcados por una ideología que veía al mundo como un sistema injusto. Muchos jóvenes, tanto estudiantes universitarios como trabajadores, se comprometieron con la militancia en partidos políticos, agrupaciones sociales y sindicatos. Fue un momento de grandes utopías y luchas por los ideales. La acción de los jóvenes se orientaba a logar una sociedad donde no hubiera injusticias.
En algunos casos, a la acción política se le sumó la acción a través de la lucha armada en organizaciones que optaron por la violencia para la transformación social. Por eso, también fueron años de represión, la que, en nuestro país, alcanzó el momento más duro después del golpe militar de 1976. El gobierno militar se propuso “reorganizar” el país, para lo cual aplicó la represión y buscó  el disciplinamiento de la sociedad. La dictadura persiguió, secuestró y asesinó a miles de hombres, mujeres, adolescentes y niños. Se prohibieron las reuniones en grupo en la calle, la actividad de muchos artistas, políticos y dirigentes sindicales, y se controló, incluso, la forma de hablar y de vestirse.

LA GENERACIÓN DE LA DEMOCRACIA

La salida de la  dictadura militar y los primeros años de democracia fueron momentos en los que la recuperación de la libertad se combinó con crisis económicas y políticas.
Soda Stereo
La cultura se desplegó en un gran abanico de expresiones. Luego de años de censura reaparecieron músicos que habían estado censurados e hicieron su aparición bandas fundamentales como Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, Soda Stereo y Sumo. Los recitales al aire libre o en estadios y la difusión radial de las bandas hicieron que el rock nacional se consolidara y adquiriera prestigio internacional. Es el momento de auge de grupos de adolescentes que se identificaban con marcas propias: los punk, los new romantic, los que pertenecían a “la movida under”, o a la “contracultura” en la disco Cemento.
¿Qué ocurría en las escuelas? Poco a poco las pautas autoritarias impuestas por la dictadura fueron dando paso a mayor libertad y participación de los chicos, inclusive en lo pedagógico. Resurgieron los centros de estudiantes y se conformaron los primeros consejos de convivencia.
CONSUMO Y CRISIS
Los adolescentes  de los 90 son una de las primeras generaciones que creció en un régimen democrático. Además, se formaron en un contexto de enormes  transformaciones económicas que produjeron  grandes contradicciones sociales. Por un lado, el desempleo incremento la pobreza; por otro, la proliferación de grandes contradicciones sociales. Por un lado, el desempleo incremento la pobreza; por otro, la proliferación de grandes empresas y el alto valor de la moneda nacional con respecto al dólar generaron cuantiosas ganancias para algunos sectores.
Hubo cada vez más pobres que ganaban cada vez, menos, y ricos que se enriquecieron más. Asi, la sociedad quedó dividida en pobres y ricos, y una parte importante de la población directamente fue excluida, privada  de todos sus derechos. Este escenario colapsó a fines del 2001, cuando se produjo una crisis institucional que provocó la renuncia del presidente de la Nación y desencadené estallidos sociales y movilizaciones.
A los adolescentes de aquel periodo les tocó percibir un mundo social en el que el trabajo no estaba garantizado y el futuro no generaba grandes expectativas. La escuela pública dejó de ser valorada como el baluarte de la formación personal para una mejor inserción laboral y para el ascenso social.
La evolución espectacular de las tecnologías de la comunicación y la información permitieron que los mensajes, los valores, la música, las mercancías y las costumbres de otras partes del mundo se impusieran con facilidad. De ese modo, se configuro una lógica global del mundo y de consumo de productos, también globalizados.
Salud y Adolescencia/ Alejandro Balbiano

 1Ed. Bs As: Santillana, 2011