Como
ven, a medida que las sociedades se complejizaban, la política incorporaba
otros temas y actividades e iba pasando de una práctica relativa al gobierno de
la comunidad a un espacio donde el Estado se relacionaba con la sociedad civil,
con el mercado, con organizaciones que representaban intereses y sectores, etc.
Esos
sectores tenían y tienen intereses distintos: nunca existió una sociedad sin
conflictos y las sociedades modernas exacerbaron esta cuestión. Las sociedades
siempre han presentado una distribución desigual: por un lado, están quienes
ejercen el poder y la dominación y, por otro, los desfavorecidos que tratan de
mejorar su situación.
En
la tradición marxista, cuya base se encuentra en los trabajos de Karl Marx y
Friedrich Engels del siglo XIX, el conflicto tenía que ver con la dominación de
una clase sobre otra: el poder político estaba encarnado en el Estado, pero se
originaba en la estructura económica en la que unos eran propietarios de los
medios de producción (burguesía), y otros, desposeídos de ella (proletarios).
Para
Marx y Engels, la única manera de revertir esa dominación era a través de una revolución
para conquistar por la fuerza al Estado. Una vez logrado ese objetivo, la revolución
anularía la propiedad privada para modificar la conformación del poder económico
y la consecuente dominación de clases. Esta transformación se presentaba en la
visión marxista como “el interés general” y era el fundamento de la actividad política.
Con
el paso del tiempo, ya en una época contemporánea, al conflictividad sociales
torno cada vez más fuerte y más compleja debido a la presencia de intereses mas
variados y por la fortaleza creciente del mercado en detrimento de los Estados.
En
la actualidad, predomina la idea de que la política consiste en ejercer el
poder y encauzar el conflicto por medio de consensos en el contexto del sistema
democrático y no a través de la práctica revolucionaria.
De
este modo, la política es hoy un ámbito en el que se lucha por el poder, se
resuelven conflictos y se establecen leyes que, a través del Estado, obligan a
los habitantes a actuar de determinada manera con el riesgo de recibir
sanciones.
Algunos
autores – como la politóloga belga
Chantal Mouffe – definen el espacio de conflictos entre grupos sociales
con intereses opuestos en una sociedad con el nombre de “lo político”, que es diferente de la “la política”.
Según esta postura, “la política” es el conjunto de prácticas e instituciones a
través de las cuales se crea un terminado orden, que organiza la coexistencia humana
en el contexto de la conflictividad derivada de lo político.
“Política
y Ciudadanía”. Santillana
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