jueves, 31 de enero de 2019

LAS GRANDES MIGRACIONES – La Segunda Fase de la Revolución Industrial




LECTURA COMPLEMENTARIA

LAS GRANDES MIGRACIONES – La Segunda Fase de la Revolución Industrial

Debido al cambio en la estructura económica de los países industrializados, un gran número  de campesinos abandono las zonas rurales y se dirigió a las ciudades en busca de trabajo. 


Los recién llegados, al no contar con la capacitación técnica adecuada para el trabajo fabril, se dedicaron a otras tareas.
Los hombres se emplearon en la construcción de las redes ferroviarias, en la edificación de viviendas, o instalaron modestos comercios; las mujeres, en cambio, se desempeñaron en el servicio doméstico.

A medida que la población de las ciudades aumentaba, también crecían el desempleo y la marginación social. La burguesía gobernante fomento la emigración  hacia otras regiones del mundo, ya que cuantos menos habitantes hubiera más se reduciría el índice de desocupación.

Este gran movimiento de población fue facilitado por las mejores en los medios de transporte. Los viajes en buques de vapor se hicieron más cortos (en promedio, tardaban quince días en cruzar el Atlántico), y los pasajes, más baratos. Estados Unidos, Argentina y Australia fueron los Estados hacia donde se dirigió la mayor parte de la población europea expulsada por la pobreza.

Los inmigrantes tuvieron que afrontar grandes dificultades para instalarse y vivir en estos nuevos destinos. Muchas veces debieron aprender un nuevo idioma, adaptarse a otras costumbres y desempeñar un nuevo oficio. A causa de la especulación con los precios de las tierras y a la existencia de latifundios, los inmigrantes debieron instalarse en las ciudades portuarias. Estas se europeizaron y crecieron a un ritmo tan vertiginoso que se originó un rápido  proceso de urbanización.
EXODO RURAL - ANTONIO ROCCO

No todos los europeos que llegaron se quedaron en los países de destino; debido a las duras condiciones de vida, algunos optaron por regresar a su país de origen.
Las consecuencias  de este fenómeno inmigratorio fueron muy importantes. En el viejo continente se redujo considerablemente el índice de desocupación y se alivió la tensión social, producto del descenso demográfico y de los envíos de dinero que los emigrados hacían a sus parientes. En las regiones receptoras, los cambios fueron aún más importantes. Los nuevos Estados vieron crecer aceleradamente su población y sus ciudades, y comenzó una transformación radical de su estructura social y económica.

ENCICLOPEDIA ESTUDIANTIL DE LA
HISTORIA UNIVERSAL – VOL II
AÑO 2012
      


FERROCARRILES Y AUTOMÓVILES – La Segunda Fase de la Revolución Industrial


LECTURA COMPLEMENTARIA

FERROCARRILES Y AUTOMÓVILES – La Segunda Fase de la Revolución Industrial

A mediados del siglo XIX numerosos países poseían una amplia red de carreteras y un vasto sistema de comunicación fluvial. Hacia fines de la centuria aparecieron nuevos medios de transporte, que cobrarían gran trascendencia en el siglo XX: el ferrocarril y el automóvil.

EL FERROCARRIL

Hacia el año 1600, ya existía un muy primitivo “ferrocarril”, que consistía en dos vías angostas que facilitaban el deslizamiento de cargamentos, impulsados por caballos. En 1829, Georges Stephenson creó la “Rocket”, una locomotora impulsada a vapor, reemplazando a los caballos. Pronto fue adoptada por los propietarios mineros. En 1830 se inauguró la línea Liverpool – Manchester,  que conectaba el puerto con una ciudad fabril. En 1850,  el ferrocarril se había extendido por toda Inglaterra. Se había comenzado también el transporte de pasajeros, lo que resultó el mayor negocio del ferrocarril. El desarrollo de este nuevo transporte fue llevado a otros países por Inglaterra,  que se aseguraba,  de este modo, los beneficios económicos.

LOS PRIMEROS AUTOMÓVILES

El automóvil tuvo su origen en el carro de vapor, fabricado por Nicolás Joseph Cugnot a fines del siglo XVIII. Los ingenieros ingleses construyeron, entre 1820 y 1840, gran cantidad de vehículos autopropulsados con vapor, para transportar los minerales por las carreteras.
Estos gigantescos y ruidosos vehículos no pudieron  competir con los ferrocarriles, por lo que se detuvo su producción. Años más tarde, se realizaron distintos intentos con motores propulsados con gas, aire comprimido o electricidad, pero sus resultados no fueron satisfactorios.
NICOLAS JOSEPH CUGNOT
En Francia también se realizaron pruebas con motores de bencina y se construyeron excelentes máquinas de vapor. El paso trascendental se dio entre 1885 y 1887,  cuando los alemanes Karl Benz y Gottlieb Daimier construyeron los primeros automóviles con motor de gasolina. Para ello, fue importante la invención del neumático  por Dunlop y Michelin. Estos primeros vehículos tenían tres ruedas y desarrollaban velocidades inferiores a 40 kilómetros por hora. En los Estados Unidos también se desarrollaron prototipos. En el año 1891, Lambert  construyo el primer automóvil de gasolina del país. 

HENRY FORD

En la última década del siglo XIX, Henry Ford dio gran impulso a la incipiente industria automotriz. En vísperas de la Primera Guerra Mundial, la mitad de los automóviles del mundo se producían y circulaban en Estados Unidos. Este fenómeno se debió,  en gran medida, a las grandes distancias que se debían cubrir y los mayores avances en el trabajo en serie.

ENCICLOPEDIA ESTUDIANTIL DE LA
HISTORIA UNIVERSAL – VOL II
AÑO 2012