LECTURA COMPLEMENTARIA
LAS GRANDES
MIGRACIONES – La Segunda Fase de la
Revolución Industrial
Debido al cambio en la estructura
económica de los países industrializados, un gran número de campesinos abandono las zonas rurales y se
dirigió a las ciudades en busca de trabajo.
Los recién llegados, al no contar
con la capacitación técnica adecuada para el trabajo fabril, se dedicaron a
otras tareas.
Los hombres se emplearon en la construcción
de las redes ferroviarias, en la edificación
de viviendas, o instalaron modestos
comercios; las mujeres, en cambio, se desempeñaron en el servicio doméstico.
A medida que la población de las
ciudades aumentaba, también crecían el
desempleo y la marginación social. La burguesía
gobernante fomento la emigración hacia otras regiones del mundo, ya que cuantos
menos habitantes hubiera más se reduciría el índice de desocupación.
Este gran movimiento de población
fue facilitado por las mejores en los
medios de transporte. Los viajes en buques de vapor se hicieron más cortos
(en promedio, tardaban quince días en cruzar el Atlántico), y los pasajes, más
baratos. Estados Unidos, Argentina y
Australia fueron los Estados hacia donde se dirigió la mayor parte de la población
europea expulsada por la pobreza.
Los inmigrantes tuvieron que
afrontar grandes dificultades para instalarse y vivir en estos nuevos destinos.
Muchas veces debieron aprender un nuevo idioma, adaptarse a otras costumbres y
desempeñar un nuevo oficio. A causa de la especulación con los precios de las
tierras y a la existencia de latifundios, los inmigrantes debieron instalarse
en las ciudades portuarias. Estas se europeizaron y crecieron a un ritmo tan
vertiginoso que se originó un rápido
proceso de urbanización.
EXODO RURAL - ANTONIO ROCCO |
No todos los europeos que
llegaron se quedaron en los países de destino; debido a las duras condiciones de
vida, algunos optaron por regresar a su país de origen.
Las consecuencias de este fenómeno
inmigratorio fueron muy importantes. En el viejo continente se redujo
considerablemente el índice de desocupación y se alivió la tensión social,
producto del descenso demográfico y de los envíos de dinero que los emigrados hacían
a sus parientes. En las regiones receptoras, los cambios fueron aún más
importantes. Los nuevos Estados vieron crecer aceleradamente su población y sus
ciudades, y comenzó una transformación radical de su estructura social y económica.
ENCICLOPEDIA
ESTUDIANTIL DE LA
HISTORIA UNIVERSAL –
VOL II
AÑO 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario