Cuando se piensa en el Derecho a
la Salud, también se pone atención en numerosos aspectos y factores
relacionados con ella. En efecto, la protección de este derecho exige
garantizar todos los demás derechos sociales- desde la seguridad en el trabajo
o una alimentación adecuada hasta la educación-, y también cuestiones
específicas de la salud y la enfermedad, como la posibilidad de acceder a la
atención médica y a los medicamentos.
Además, la atención de la salud
debe considerarse en un sentido amplio, que incluya la prevención, la promoción
y la rehabilitación.
El derecho a la salud ya fue
contemplado como un derecho humano en la Declaración Universal de Derechos
Humanos (DUDH), en su artículo 25.
Después de la aprobación de la
DUDH en 1948, se fueron incorporando naciones en la ONU, que a su vez,
adoptaron estos derechos. Además, se celebraron nuevos pactos y convenciones,
es decir, acuerdos y leyes internacionales cuyos objetivos eran ampliar el
reconocimiento de los derechos y obligar a los Estados a cumplir plenamente su
función de garante.
Así, el derecho a la salud, para la humanidad
en general y para los jóvenes en particular, se ve contemplado en distintas leyes
internacionales, por ejemplo:
*El Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales (PIDESC), de 1966.
*La Convención sobre la
eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW, por
su sigla en inglés), de 1979.
*La Convención Internacional sobre los Derechos del Niño (CIDN), 1989.
* El protocolo Adicional a la
Convención Americana sobre los Derechos Humanos en materia de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales (Protocolo de San Salvador), 1988.
*En el ámbito de nuestro país, tanto
la Constitución Nacional Argentina como las constituciones provinciales y de la
Ciudad de Buenos Aires reconocen el derecho a la salud.
Salud y Adolescencia/ Alejandro Balbiano
1Ed. Bs As: Santillana, 2011
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